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En una ocasión Erik y Ángel salen a tomar unas copas porque Erik vendió un par de sus pinturas a un conocido coleccionista de arte que prometió darle una buena recomendación a Erik para que consiguiera un show en una galería local y Ángel aprobó todos sus exámenes de medio curso. Ellos deciden vestirse elegantes, sólo porque pueden, sólo porque están emocionados, felices incluso, y se siente bien.

Y todo comienza bien, como iría normalmente, pero como sucede a menudo en la vida de Erik, no termina bien. Cinco, ocho, tal vez diez o doce tragos después, la cabeza de Erik comienza a girar un poco y él se siente cálido por el alcohol, y piensa, oh tal vez esto no era una buena idea, porque él está empezando a sentirse un poco borracho y debe sentirse feliz, pero todos sus pensamientos positivos, todos los pequeños salvavidas a los que ha estado aferrándose, todo eso se derrumba, y Erik es bombardeado con pensamientos de Charles, Charles, Charles. Charles, con los ojos muy abiertos y las sonrisas grandes. Charles, con el cabello despeinado al despertar. Charles, y su voz que le lee suavemente. Charles, inexpresivo e impasible incluso cuando él logró hacer pedazos a Erik.

"Lo odio," comenta Erik de repente. "Joder, como lo odio."

Ángel murmura, mostrando simpatía, y le acaricia el brazo. Erik frunce el ceño ante su bebida.

"Él piensa que puede caminar por encima de mí y hacer lo que que quiera," gruñe. En algún lugar en el fondo de su mente, sabe que sus palabras no son muy entendibles, probablemente Angel sólo puede entender la mitad de lo que está diciendo. "Maldito idiota."

500 Days of Charles  //  CherikWhere stories live. Discover now