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Han pasado casi tres días desde que Erik escuchó por última vez de Charles. Han sido sesenta y cinco de las horas más largas de su vida. Ha intentado llamar a Charles, una sola vez, pero la llamada fue directamente al buzón de voz, y Erik tuvo dificultades para recuperar el coraje para intentarlo de nuevo. La verdad es que tiene un poco de miedo, teme que Charles no lo quiera más, teme no ser suficiente. Erik nunca, nunca ha sido bueno con las personas, siempre es demasiado abrasivo, irritable y áspero. Charles es la primera persona en mucho tiempo en conocer estos aspectos de él, además de los bordes y sitios suaves en el cuerpo de Erik, los rincones oscuros de su mente, y aún con todo eso lo quiso (y sí, Erik tiene amigos por aquí y por allá, no es que esté solo, pero nada es como la suave intimidad que siente con Charles, nada como esa calidez y seguridad de ser invencible).

"No veo por qué no puedes ir a su apartamento y pedirle que hable contigo," le dice Ángel a Erik en algún momento alrededor de las treinta horas en la contienda silenciosa de Charles y Erik. Erik fuma con enojo y mira mal a todos los que se acerca a la barra, lo cual no es el movimiento más inteligente para alguien que atiende al publico, pero él está demasiado enojado con el mundo para que le importe.

Erik suspira. "No es tan simple," le dice, con la culpa, la ira y algo doloroso nadando en su estómago. Cuando levanta la vista, encuentra a Ángel con el ceño fruncido. Él frunce las cejas. "¿Qué?"

"Tienes que dejar de hacer eso," dice ella de forma misteriosa, su boca es una línea recta.

"¿Qué?" repite Erik con ira.

"Esa cosa que haces," dice Ángel, gesticulando vagamente. "Eso de 'todo-es-siempre-mi-culpa'. Porque no lo es, lo sabes. Quiero decir, no sé por qué estén peleando tú y Charles esta vez, pero sé que no eres el único en esta relación. Él también puede joder las cosas. Tienes que dejarte de culpar a ti mismo todo el tiempo, Erik."

Erik presiona sus labios y no dice nada, sin confiar en sí mismo como para hablar, sin saber cómo decirle que es algo imposible, porque Charles es maravilloso, es entregado, es todo lo que Erik no es. No es difícil imaginarlo que es su culpa.

Unas treinta y cinco horas más tarde, Charles aparece en la puerta de Erik con una botella de vino y una disculpa saliendo de sus labios en cuanto Erik abre la puerta, y Erik cierra sus ojos porque le duele.

500 Days of Charles  //  CherikWhere stories live. Discover now